HEMEROTECA
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- Bouvines: milagrosa victoria de Francia contra la coalición anglo-imperial
BOUVINES, 27 julio 1214. Al final de la tarde, con ambos ejércitos agotados y con la línea central francesa a punto de desmoronarse, Guillaume des Barres reunió a sus caballeros y consiguió romper el centro aleman, lanzándose en persecución del emperador. Otón IV huyó y evitó la captura, pero su huida del campo de batalla desmoronó a las fuerzas imperiales: revigorizados, los franceses derrotaban al imperio en una de las batallas más importantes de la historia, y ello pocos días después de haber vencido a los ingleses en Roche-aux-Moines (2 de julio). Contra todo pronóstico, Francia ha superado el doble ataque y se convierte en la potencia dominante de la Cristiandad. Cuando cinco meses antes las tropas de Juan I de Inglaterra desembarcaban en La Rochelle, tras haber destruido a la flota francesa, nadie hubiera apostado un sueldo por la suerte de Felipe II Augusto, quien veía que, a la guerra que desde 1202 libraba contra los ingleses, se le unían las tropas imperiales de Otón IV con un claro objetivo: derrotar al único reino que defendía al papado y a Federico II Staufen en sus aspiraciones al trono imperial. Ante esta situación, Felipe Augusto actuó rápido para evitar que los ejércitos conectaran y formasen una fuerza muy superior a la francesa. Para ello, lanzó su ejército contra Juan I, pero éste, en lugar de atacar se retiró con el objetivo de alejar al ejército francés lo más posible de París. Felipe Augusto no cayó en la trampa; detuvo su persecución en Chinón y dividió su ejército en dos, algo poco aconsejable pero obligado por las circunstancias: su hijo Luis vigiliaría a Juan I de Inglaterra en el sureste y él se dirigiría al norte en busca del emperador y sus aliados de Flandes y Boulogne. La primera parte resultó correctamente, con el príncipe Luis derrotando a Juan Sin Tierra, peor militar que su hermano Ricardo Corazón de León, fallecido en 1199. Había conseguido frenar a la fuerza inglesa, pero ahora quedaba enfrentarse a la alemana. Al norte de París, Felipe Augusto eligió la llanura de Bouvines, cuyo puente cruza el río Marque. Allí esperó la llegada del ejército imperial, el cual fue apareciendo por partes, lo que permitió al rey de Francia atacar a cada una de ellas conforme llegaran. Pero a pesar de la desorganización inicial, las alas imperiales aguantaron, y Otón IV mandó a su división central avanzar contra el rey francés. Superiores, en número, los alemanes hicieron retroceder a los franceses hasta que tuvo lugar la acción heroica de Guillaume des Barres. Más de 9.000 soldados de Otón han sido hecho prisioneros, así como los condes de Flandes, Holanda y Salisbury. Fue una victoria total contra un enemigo superior. La batalla de Bouvines se considera la victoria fundacional del reino de Francia, quien ha conseguido superar a sus dos enemigos más fuertes, y cuyo éxito se une al obtenido por el vasallo Simón de Monfort en Muret, el año pasado. Si los franceses hubieran sido derrotados, el oeste de Francia hubiera sido inglés, el norte sería controlado por los flamencos y el este por los alemanes. Cada mes de junio tiene lugar en Bouvines la recreación de una de las batallas más importantes de la historia de Europa. IMAGEN SUPERIOR LA CAÍDA DEL EMPERADOR OTÓN IV EN BOUVINES, DE LA WEB ARRECABALLO.ES DOMINIOS DE LA CORONA FRANCESA. ANTES DE LA GUERRA CONTRA INGLATERRA (IZQUIERDA) Y TRAS MURET Y BOUVINES (DERECHA) LLEGADA EL EJÉRCITO IMPERIAL EN LA RECREACIÓN DE LA BATALLA DE BOUVINES. Relacionados ---------------- Juan I contraataca; destruye la flota francesa y se alía con el conde de Flandes Pedro II de Aragón es derrotado y muerto en Muret Otón IV incumple todo lo pactado y es excomulgado por Inocencio III ¿Qué pasó después en Inglaterra? ¿Qué pasó después en Francia? ¿Qué pasó después en el Sacro Imperio?
- Los templarios custodiarán al rey-niño, jurado en Lérida como Jaime I de Aragón
LÉRIDA, agosto 1214. Finalmente, Simón de Monfort ha cedido a las presiones del papado y ha entregado al niño-rey Jaime a los representantes aragoneses desplazados a Narbona. Las órdenes del papa, quien es señor feudal de Aragón, también se preocupan por la situación política del niño, pues ordenan su protección por parte de los templarios de Monzón, ya que en Roma quieren evitar todo tipo de tentaciones a la alta nobleza, tanto a los tíos del rey como a los grandes magnates aragoneses, quienes vienen criticando las líneas políticas de su padre desde hace unos años. Se da la coincidencia de que, en poco más de dos meses, los dos reinos más potentes de la península se encuentran en régimen de minoría de edad de sus reyes; Jaime I (6) en Aragón y Enrique I (10) en Castilla. La comitiva desplazada a Narbona para recepcionar a Jaime I estaba presidido por el legado papal Pedro Abelardo (o Douai), al que acompañaban el obispo de Albarracín, Ispan, el comendador templario de Monzón, Guillem de Montredon, y sus tíos el conde Sancho del Rosellón y el maquinador Fernando, abad de Montearagón, hermanos de su padre Pedro II El Católico y en un principio aspirantes a suceder a su hermano en el trono, así como un nutrido grupo de nobles aragoneses y catalanes. Poco después, en agosto de 1214, era convocada una asamblea en Lérida para presentar al rey a su pueblo. Allí han sido convocados no solo los magnates aragoneses y catalanes, sino también representantes de algunas ciudades que, como antes en Castilla (1207) y en León (1188), comienzan a incorporarse a los órganos de poder de la monarquía. La asamblea ha tenido lugar en el Castell del Rei o de La Suda, la antigua alcazaba musulmana: en su sala principal entró el arzobispo de Tarragona, Espàrrec, con el niño-rey en brazos, un mensaje claro para que nadie tuviera dudas sobre en quién se apoyaba la autoridad de Jaime I. También se ha nombrado al conde Sancho procurador general del reino, pretendiendo cerrar así las heridas abiertas entre las noblezas aragonesa y catalana. Esta asamblea tomó decisiones acordes con su importancia, de entre las que destaca el establecimiento de La Tregua de La Paz de Dios, que ordenaba el cese de las luchas entre bandas nobiliarias, el mantenimiento del bovatge, un impuesto sobre cabezas de ganados que supone el inicio del sistema fiscal aragonés, y la propuesta del conde Sancho de Cerdaña, tío de Jaime I, como procurador general del reino. El conde Sancho estará acompañado de un consejo de regencia con la mitad de los nobles catalanes y la otra mitad aragoneses. La asamblea celebrada en Lérida en 1214 se considera la precursora de las cortes aragonesas y catalanas, pues en ella, como antes sucedió en Castilla y Léón, estuvieron presentes por primera vez representantes de las ciudades del reino. Además, en la asamblea de Lérida se estableció un importante precedente: en lo sucesivo y hasta el final de su existencia, todos los reyes aragoneses deberán ser jurados en las cortes. Unas cortes que, de momento, se celebran conjuntamente para Aragón y Cataluña, pero que en breve se dividirán dos, una para cada territorio, y que podrán ser convocadas conjunta o aisladamente. Lérida En esa época, en Lérida se acaba de iniciar la construcción de la catedral de Lérida, cuya primera piedra se puso el 23 de julio de 1203. A pesar de las tardías fechas, la catedral se construyó en estilo románico, aunque posteriormente si introducirían elementos góticos que le dan una monumentalidad digna de este estilo y la convierten en un magnífico ejemplo de transición del románico al gótico. Se construyó sobre la mezquita musulmana, que a su vez se había contruido sobre una iglesia paleo-cristiana ubicada en el mismo lugar. Es destacable su magnífico claustro-mirador sobre la ciudad. La catedral de Lérida tuvo funciones religiosas hasta la Guerra de Sucesión de 1707-1714, cuando fue utilizada como fortaleza militar. Por los graves desperfectos sufridos, en 1761 Carlos III ayudó a financiar una nueva catedral, que es la actual sede del obispado de Lérida. Como consecuencia, la catedral vieja fue semi-abandonada y ha quedo exenta de añadidos posteriores, con lo que he llegado a nuestros día prácticamente igual que cuando fue construida. La catedral de Lérida y el castillo de La Suda forman un espectacular conjunto monumental en lo alto de la ciudad catalana. Recreación Por otro lado, a mediados de mayo se recrea en el castillo de Monzón el Homenaje a Guillem de Mont-Rodó, el comendador de los templarios a quien el papa encargó la custodia de Jaime I durante su minoría de edad. La recreación está organizada por la asociación Héroes Legendarios, y en 2019 celebró su XIX edición. Durante un fin de semana, la ciudad de Monzón mostrará a los visitantes el esplendor que alcanzó cuando se convirtió en el centro de la corona de Aragón, El grueso de la recreación son cuatro escenificaciones teatrales que muestran diversos momentos del hecho, como el Pregón de la Llegada del Rey, la Llegada del Rey, la Presentación a la Encomienda y la Despedida del Rey, que se celebran a lo largo de los tres días que dura el homenaje, de viernes a domingo. IMAGEN SUPERIOR: CATEDRAL VIEJA DE LÉRIDA, JUNTO AL CASTILLO DE LA SUDA RECREACIÓN HISTÓRICA HOMENAJE A MONT-RODÓN (MONZÓN= CASTILLO DE MONZÓN (HUESCA) Relacionados ---------------- Aragón en Peligro; Simón de Monfort se niega a devolver al niño-rey Pedro II de Aragón es muerto y derrotado en Muret RECREACIONES Programa de la recreación Homenaje a Guillem de Mont-Rodó de 2019 Página web monzontemplario.com ¿Qué pasó después?
- Desigual suerte tras Las Navas: cae Alcántara, resiste Baeza
BAEZA, febrero 1214. Alfonso IX de Léon, que no participó en la batalla de Las Navas de Tolosa, ha resultado el primer beneficiado de la victoria y ha conseguido tomar al asalto la importante fortaleza de Alcántara, sobre el río Tajo, mientras que el vencedor contra los almohades, Alfonso VIII, se ha visto obligado a levantar el cerco de Baeza. Al parecer, la frescura de los recursos leoneses y el agotamiento de los castellanos serían los motivos principales de este desigual resultado. En el otoño de 1212, inmediatamente después de la jornada de Las Navas, las tropas castellanas explotaron la victoria atacando por primera vez Baeza, la ciudad andalusí más cercana. Pero la madina había sido abandonada y sus habitantes huido a Úbeda. Los castellanos saquearon lo que encontraron y prendieron fuego a la mezquita aljama de Baeza, donde se habían refugiado aquellos que no pudieron huir. Poco después, también asaltaban y saqueaban Baeza. Pero por motivos que todavía no están claros, y que probablemente tangan que ver con el agotamiento de las fuerzas y el reparto del botín, no se retuvo ninguna de ambas ciudades, a pesar de su indudable importancia estratégica como vía de entrada a Murcia y Andalucía oriental. Una importancia muy similar a la que tiene la plaza de Alcántara en el flanco leonés, una imponente fortaleza ubicada sobre el antiguo puente romano que cruza el Tajo y cuya posesión es imprescindible para adentrarse en el reino de Badajoz y atacar sus grandes ciudades. (Alcántara ya había sido conquistada por el padre de Alfonso IX, Fernando II de León, pero la perdió con la reacción almohade de los años 80 del siglo pasado, una catástrofe que se llevó por delante todas las ganancias leonesas al sur de Tajo). Firmada la concordia entre León y Castilla en las treguas de Coimbra (1212), el rey leonés pudo contar con ayuda castellana, materializada en el envío de las huestes de Diego López de Haro y de la orden de Calatrava, que se añadían a las frescas tropas leonesas y a la orden de San Julián del Pereiro. Dado que la ciudad se encontraban bien aprovisionada, y que no tenía problemas de agua por estar conectada al Tajo, Alfonso IX ordenó el asalto directo, una acción que, a tenor de lo descrito en las crónicas, debió ser espectacular, con profusión de máquinas de guerra tanto por parte de los atacantes como de los defensores. A mediados de 1213, Alcántara caía en manos del reino de León y se abría el camino a la conquista del reino de Badajoz. Pero las cosas no sucedieron de igual manera en la frontera castellana. Cuando en el otoño de 1213, una año después de sus saqueo, Alfonso VIII volvió a dirigirse a Baeza, encontró la ciudad reocupada, reforzada y aprovisionada, con lo que decidió ponerle sitio. Pero el duro invierno, los constantes ataques desde Úbeda y la falta de refuerzos han obligado al monarca a levantar el cerco en febrero de 1214. Poco después, Alfonso VIII y el califa an-Nassir firmaban treguas por un plaza de diez años. Los avances en el flanco oriental castellano tendrán que esperar. Ese mismo años de 1214, Alfonso IX de León donaba la fortaleza de Alcántara a la orden de Calatrava en reconocimiento de sus servicios prestados. Los calatravos la ocuparon durante cuatro años, hasta que en 1218 la traspasaron, junto con otras posesiones del reino de León, a la orden de San Julián del Pereiro. Los de San Julián trasladaron su sede principal al castillo de Alcántara, y cambiaron su nombre por el de orden de Alcántara. La fortaleza de Alcántara, al contrario que el famoso puente sobre el Tajo, se encuentra hoy en estado de ruina, ya que fue abandonada por la orden a finales del siglo XVI o principios del XVII, cuando en la población se construyó el convento de San Benito y la orden de Alcántara traslado a allí su cuartel general. Relacionados __________ Grandiosa victoria hispánica en Las Navas de Tolosa ¿Qué pasó después en Castilla? ¿Qué pasó después en León? ¿Qué pasó después en Al-Andalus?
- Aragón en peligro: Simón de Monfort se niega a devolver al heredero
CARCASONA, otoño 1213. Henchido de soberbia tras su espectacular victoria en Muret, obtenida contra un ejército superior, Simón de Monfort no está dispuesto a desprenderse de la pieza definitiva que le permitiría controlar Aragón: Jaime, el huérfano de Pedro II de Aragón y María de Montpellier, y heredero al trono aragonés. Así ha contestado hoy el conde a una embajada de la nobleza aragonesa enviada a Carcasona con la intención de recuperar al niño-rey de Aragón. Si las situaciones de minoría de edad del monarca ya son complicadas para un reino, el hecho de que éste se encuentre en manos del enemigo que te acaba de derrotar puede tener consecuencias catastróficas. El niño Jaime, de cinco años, se encuentra en poder de Simón de Monfort en virtud del arriesgado acuerdo de boda entre Jaime y Amicia, la hija de Monfort, acordado en 1211. Derrotado y muerte Pedro II, todos temen que Simón de Monfort se apropie ahora del heredero, se convierta en regente y comienza a controlar los designios del reino de Aragón. Para evitarlo, la aristocracia aragonesa deberá a enfrentarse, no a Monfort, si no a la poderosa mano que hay detrás de él: el rey de Francia. Pero, hoy por hoy, solo una persona puede detener al rey de Francia; el papa Inocencio III. La comitiva de nobles enviada a Roma se ha reunida allí con el arzobispo de Albarracín, Ispán. El prelado ha representado a la corona aragonesa en Roma tanto en el tema de la cruzada hispánica que impulsaba el arzobispo de Toledo Jiménez de Rada, como en el litigio que Pedro II mantenía con María de Montpellier sobre la nulidad de su matrimonio, un litigio finalizado con el fallecimiento de ésta en abril de este año 1213. Afortunadamente para los aragoneses, Inocencio III ha sido receptivo a la petición de la comitiva. Ciertamente, la diplomacia del papa Inocencio III siempre trabaja por frenar a los fuertes y apoyar a los débiles, una astuta estrategia que pretende evitar que ningún rey se haga suficientemente poderoso como para enfrentarse a Roma, celosa defensora de su papel como principal poder en el mundo. Así, mientras Aragón se convertía en una potencia regional con grandes dominios a ambos lados de los Pirineos, Inocencio III impulsó y buscó su debilitamiento a través de la cruzada albigense. Y ahora, cuando Aragón está a punto de perder su ascendencia sobre los dominios del sur de Francia, Inocencio III actuará en sentido contrario y ordenará a Simón de Monfort que devuelva al niño-rey a los nobles aragoneses. Porque de todos es conocido que, tras la victoria de Muret, el Santo Pontífice y Simón de Monfort han empezado a distanciarse. El primer choque tuvo lugar con la disputa sobre quién debería ocupar el arzobispado de Narbona, si Monfort o Arnaldo Amalrico, el legado papal al frente de la cruzada albigense que eventualmente será el recompensado con el importante señorío. Y ahora, con las relaciones no tan fluidas, el papa sabe que debe enviar algo más que buenas palabras al vencedor de Muret. Es por ello que Inocencio III enviará a Narbona una embajada encabezada por un legado papal, ni más ni menos que Pedro Benevento (o Douai) el cardenal diácono de Santa María de Aquino, quien porta entre sus legajos la más efectiva arma del momento: la promesa de excomunión si el interpelado no se atiene a la petición del papa. Simón de Monfort cederá ante Inocencio III y entregará al niño-rey al año siguiente, en una pomposa ceremonia celebrada en la catedral de Narbona. IMAGEN SUPERIOR: SIMÓN DE MONFORT Relacionados ---------------- Pedro II de Aragón entrega su heredero a Simón de Monfort Noticias de ARAGÓN Noticias de HISPANIA ¿Qué pasó después?
- Pedro II de Aragón muere luchando en Muret
TOLOSA, 13 septiembre 1213. Pedro II de Aragón ha fallecido hoy en una escaramuza que ha tenido lugar durante el sitio de la ciudad fortificada de Muret, a dónde había acudido en ayuda de su vasallo Raimundo VI de Tolosa en su lucha contra el ejército cruzado de Simón de Monfort. Tenía 35 años de edad y vivía su momento de gloria tras su heroica participación en la batalla de Las Navas de Tolosa. Aunque las noticias sobre la acción son muy confusas, parece ser que los aragoneses cometieron un error en el asedio de la ciudad, y que a pesar de su mayoría numérica y de que los sitiados tenían pocas provisiones, una salida de éstos sorprendió totalmente a los atacantes. Simón de Monfort y Arnadlo Amalrico, arzobispo de Narbona, retomaron los ataques a los cátaros tras el regreso de los cruzados participantes en Las Navas de Tolosa. En enero de 1213, Monfort y Amalrico volvieron a atacar los territorios de Raimundo VI de Tolosa. Ante la incursión, el conde tolosano pidió protección al papa Inocencio III, quien en favor de su vasallo Pedro II de Aragón, accedió a convocar un concilio en Lavour (la ciudad donde los católicos quemaron 400 cátaros en septiembre 1211). El concilió dictaminó la devolución de las tierras a sus propietarios, pero siempre y cuando éstos aceptaran la sumisión a la iglesia de Roma. Raimundo VI de Tolosa se negó (lo que provocó un nuevo enfado de su señor Pedro II de Aragón) y la cruzada albigense siguió adelante. Simón de Monfort retomó los ataques en dirección a Tolosa y fue conquistando todas las ciudades a su paso, hasta que en la primavera de este año tomó la ciudad. Ante la caída de la importante ciudad del Garona, Pedro II no tuvo más remedio que atender las llamadas de sus vasallos, una eventualidad que había tratado de evitar a toda costa. Pero esta vez estaba claro que nada detendría a los francos. Durante el verano convocó a sus caballeros y en agosto cruzó el paso de Canfranc. Al otro lado de los Pirineos se reunión con las huestes de Raimundo de Tolosa, Raimundo Roger de Foix y Fernando de Cominges. En total unos 2.000 caballeros, mitad provenzanos mitad aragoneses, y el 10 de septiembre comenzó el asedio de Muret. En principio todo estaba a favor Pedro II: superados en número y con provisiones para pocos días, los cruzados se encontraban en una situación crítica. Pero ante ello, Simón decidió hacer una salida por una puerta que no estaba controlada por los aragoneses. El 13 de septiembre sus caballeros cayeron por sorporesa sobre los sitiadores, a los que fue derrotando carga tras carga debido a su desorganización. En medio de la refriega Pedro II cambió su vestimentas con otro caballero para poder lanzarse al ataque. Dos caballeros cruzados se lanzaron a por el que creían rey y lo mataron. Pero Pedro II, para evitar la desbandada, tuvo que descubrirse gritando que el rey estaba aquí y seguía vivo. Poco después, los cruzados lo envolvían y lo mataban, culminándose el desastre. Tras la muerte del monarca, el ejército occitano-aragonés huyó en desbandada y fue objeto de una sangrienta persecución. Hasta ochenta caballeros aragoneses perdieron la vida durante la batalla. La derrota podría tener consecuencias catastróficas para Aragón: a la pérdida del monarca se une una grave crisis sucesoria para la corona, con el heredero Jaime en poder de Simón de Monfort y con solo 5 años de edad. Un heredero que, en cualquier caso, no era en absoluto del agrado de su padre, quien lo consideraba fruto de una treta de su mujer María de Montpellier. Los hermanos de Pedro II, Sancho y Fernando, eran los elegidos por aquél para heredar el trono. La catástrofe para Aragón podría no haber hecho más que empezar. La batalla de Muret supondrá el inicio del fin del dominio aragonés en el sur de Francia. Relacionados ---------------- Los cruzados queman otros 400 cátaros, pero son detenidos en Casteladaunary ¿Qué pasó después en Aragón?
- París; se construye la fachada oeste de Notre Dame y se termina la torre del Louvre
PARÍS, 1213. Cuando se cumple medio siglo del inicio de la construcción de la nueva catedral de París (1163), la fábrica ya tiene finalizado el ábisde y el coro (lugar de inicio de las obras) y la nave se encuentra prácticamente concluida. Ahora, en los primeros años del siglo XIII es cuando empieza a levantarse la fachada oeste del templo, de la que destacan dos características del nuevo estilo que se llamará gótico; la construcción de dos torres en la fachada lugar de una sola y la división de la misma en tres cuerpos a pesar de que el templo tiene cinco naves. Ambas características, que ya aparecieron en Chartres, serán copiadas en la mayoría de programas constructivos posteriores. La catedral de Notre Dame comenzó a construirse en 1163, al mismo tiempo que comenzaba la centralización del reino con los Capetos y que Luis VII se empezó a llamar rey de Francia en lugar de rey de los francos. El lugar dónde se ubica es una localización de larga tradición sagrada, en la Isle de la Cité, donde ya los celtas realizaban ceremonias religiosas, los romanos construyeron un templo en honor de Júpiter y donde se levantó una de las más antiguas iglesias cristianas por parte del rey franco Childiberto I, en 528, una basílica que será sustituida por una iglesia románica que perduró hasta que en 1163 comenzaron las obras de la actual catedral. La fachada, como decíamos, está compuesta por tres cuerpos con sus respectivas puertas, con dos torres gemelas situadas sobre las puertas laterales. La puerta principal, la central, está dedicada al Juicio Final, estando las otras dos dedicadas a la Virgen y a Santa Ana. Las torres alcanzarán una altura de 70 metros, sumándose a la monumentalidad del sencillo pero colosal edificio, que mide 127 metros de longitud y 48 metros de anchura. Por estas fechas París, ya sin duda la más importante ciudad de Francia, está experimentando una evolución acorde con la del propio reino de los francos, que desde estas momentos pasará a llamarse reino de Francia. Un reino que, con los Capetos, ha pasado de apenas controlar la región que rodea París a expulsar a los ingleses de la mayoría de sus dominios en el continente, con lo que ha multiplicado por ocho la extensión sobre la que domina el rey de Francia. Acompañando a esta evolución, la capital también está experimentando un crecimiento y un embellicimiento acorde con el nuevo estatutos del rey francés, tanto antes sus súbditos como de cara al exterior. Francia está naciendo con Notre Dame y Notre Dame está naciendo con Francia. En este sentido Felipe II Augusto está dando a la ciudad un impulso muy importante, del que destaca la construcción de una nueva muralla para proteger los barrios surgidos al albur del crecimiento de la ciudad. La muralla de Felipe Augusto engloba una superficie de 253 has. y se extiende por 2,5 kilómetros a cada lado de las orillas del sena. En la parte norte de las defensas, donde se encuentra el punto más débil de la muralla, Felipe II ha construido la fortaleza del Louvre, con un dujón o torre fortificada para vigilar el lugar por donde históricamente han atacado los normandos. Durante los 20 años que ha durado la construcción de la muralla y la fortificación, el coste se ha elevado a 14.000 libras, aproximadamente el 12% de las rentas anuales del reino. Adicionalmente, se sigue avanzando con el pavimentado de las calles, que a principios del siglo XIII ya es muy frecuenta en la Isle de la Cité y comienza a extenderse a ambas orillas del sena, que es donde se ubican los edificios que componen la universidad de París, la más importante y la más antigua de toda la Cristiandad. La muralla dará servicio de defensa a París por más de 400 años, y cuando entonces sea desmantelada por el continuo crecimiento de la ciudad, su perímetro dará forma a los grandes bulevares que construirá Enrique IV, allá por 1590. IMAGEN SUPERIOR: FACHADA OESTE DE LA CATEDRAL DE NOTRE DAME PLANO DE PARÍS A COMIENZOS DEL SIGLO XIII Relacionados ---------------- Felipe II consolida (y controla) la Universidad de París Luis VII Capeto; de rey de los francos a rey de Francia Sección VIAJAR Sección ARQUITECTURA / ARTE ¿Qué pasó después?
- Juan I de Inglaterra contraataca: destruye la flota francesa y obtiene apoyo de Flandes
FLANDES, otoño 1213. Diez años después de que Felipe II de Francia expulsara al rey inglés de la mayoría de sus dominios en el continente, donde solo consiguió retener Aquitania, Gascuña y el Poitou, el rey Juan I de Inglaterra parece haberse repuesto y ha iniciado una potente contraofensiva. El ataque llega en el peor momento para Francia, que ve como su directo y declarado rival Otón IV se ha aliado con el rey inglés en su contra. La primera acción ha sido anular a la flota francesa en el puerto de La Rochelle, requisito indispensable para cruzar el canal y desembarcar en Francia. Juan I había aumentado significativamente la flota inglesa, que por estas fechas ya superaba las cincuenta galeras, y ha hundido a la mayoría de los barcos franceses, mucho menores en número y calidad. El rey inglés también ha tenido que solucionar diversos asuntos internos y externos que le consumían recursos que ahora reclama la empresa contra Francia. El primero ha sido conseguir la paz con el papado, quien había excomulgado al rey inglés por no aceptar el nombramiento de Stephen Langton como arzobispo de Canterbury, para lo cual Juan I se desplazó a la iglesia templaria de Dover, y allí, ante el legado papal, reconoció al nuevo arzobispo. Durante su control de la iglesia, Juan I se había hecho con importantes sumas de dinero provenientes de diezmos y rentas. Con ese dinero, además de aumentar la flota, también compró lealtades de los barones, con los que mantenía cierto enfrentamiento por sus injerencias en las jurisdicciones de los magnates del reino y por haber acordado la paz con Gales contra el deseo de los nobles. Finalmente, y no menos importante, Juan I ha conseguido el apoyo de los condes de Flandes y Boulogne, dos zonas que habían resultado muy afectadas tras le expulsión de los ingleses, sobre todo Flandes, cuyas boyantes ciudades, que componen el mayor centro textil de Europa, dependían totalmente de las importaciones de lana inglesa. La interrupción del suministro de la lana ha provocada un profunda crisis que ha afectado directamente a la aristocracia de las ciudades, las cuales se han alineado con el monarca inglés. Así las cosas, cuando el ejército inglés desembarque en La Rochelle en febrero de 1214, Felipe II de Francia se verá amenazado por dos frentes, con los ingleses avanzando por el sur, y el emperador Otón IV y el conde Flandes avanzando por el norte. Será, de lejos, el momento de mayor gravedad del reino de Francia hasta la fecha. Relacionados ---------------- Francia arrebata Normandía, Bretaña y Flandes a Inglaterra ¿Qué pasó después?
- Inocencio III proclama la Quinta Cruzada
ROMA, abril 1213. Tras el éxito de la cruzada hispánica contra los almohades, que culminó con la gran victoria cristiana de Las Navas de Tolosa, el papa Inocencio III ha proclamado la Quinta Cruzada y ha hecho un llamamiento a los príncipes cristianos para que liberen Jerusalén del dominio musulmán. La proclamación de la cruzada era esperada desde que, en 1204, la Cuarta Cruzada fuera desviada por los venecianos y acabara saqueando Constantinopla. Aunque el momento actual no parece el idóneo, dado el enfrentamiento entre Otón IV y Federico Roger con Francia e Inglaterra completamente involucradas, Inocencio III pretende aprovechar el momento favorable creado por la victoria de los reinos hispánicos en Las Navas de Tolosa, y para reactivar así un frente, el de Tierra Santa, que se encuentra paralizado desde que Ricardo Corazón de León tomara Acre hace veinte años. Lo más destacable de este nuevo llamamiento es que, aprendiendo de errores pasados, el papado ha introducido dos importantes novedades. Por un lado, Roma aportará la financiación de la mayor parte de los gastos de la cruzada. Para ello ha decretado que todos los señoríos eclesiásticos aporten a la empresa una parte de los diezmos recaudados. Se pretende así evitar la catástrofe de 1204, cuando la falta de dinero para pagar la flota veneciana acabó con el desvío de la Cuarta Cruzada y el saqueo de Constantinopla. La amplia red templaria será la encargada de canalizar los fondos hacia la Santa Sede. Por otro lado, y siguiendo el consejo de los caballeros templarios, hospitalarios y teutónicos celebrado en Acre, la empresa no se dirigirá directamente a Jerusalén, sino a Egipto. El motivo es que cualquier ataque sobre Jerusalén se encontrará con los refuerzos enviado por la dinastía ayubí de Egipto, que es de donde vino Saladino cuando expulsó a las cruzados de Jerusalén 25 años atrás, en 1187. El objetivo será la ciudad de Damieta, situada en el delta del Nilo y elegida tras descartar Alejandría por sus mejores defensas. Todo parece indicar que el nombre de Damieta nos acompañará durante muchos años. IMAGEN SUPERIOR: ART WORK DEL JUEGO CRUSADERS KING 2, DE PARADOX Relacionados ---------------- Grandiosa victoria cristiana en Las Navas de Tolosa Incredulidad mundial; Venecia desvía la Cuarta Cruzada contra una ciudad cristiana ¿Qué pasó después?
- Grandiosa victoria hispánica en Las Navas de Tolosa
LAS NAVAS DE TOLOSA, 16 julio 1212. Contra todo pronóstico, y contra un ejército que la doblaba en número, la coalición de los reinos hispánicos ha derrotado contundentemente a las fuerzas almohades del califa al-Nasir; ha sido la primera victoria cristiana en campo abierto que se recuerda en mucho tiempo. En el día de hoy, la histórica superioridad de los ejércitos almohades ha quedado definitivamente enterrada en el campo de Las Navas, lo que deja sin fuerzas militares que protejan Al-Ándalus y sus grandes ciudades musulmanas. Alfonso VIII de Castilla, al mando del mayor contingente de la coalición, se erige en el gran vencedor de la jornada, mientras que Castilla recupera la preeminencia hispánica puesta en duda tras la derrota de Alarcos de hace 17 años, aunque difícilmente habría conseguido la victoria sin la crítica ayuda de Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra. Ni el más optimista de los pronósticos preveía una derrota tan decisiva, dada la capacidad militar de los almohades, la masiva deserción de los cruzados ultrapirenaicos y la ausencia de las fuerzas de Alfonso IX de León y Alfonso II de Portugal, quienes no asistieron a la cruzada por la grave crisis que enfrentaba a ambos reinos. Los cruzados habían sido convocados en Toledo para el domingo de Pentecostés (20 de mayo), y un mes después abandonaban la ciudad en busca del ejército almohade. En su acercamiento, el ejército conquistó los castillos de Malagón y de Calatrava La Vieja. En el primero, los asaltantes pasaron a cuchillo a toda la guarnición, pero en el segundo el rey Alfonso VIII perdonó la vida a las defensores por haber entregado la fortaleza tras una negociación. Este hecho, que era habitual en las guerras hispánicas, no lo era tanto para los francos, quienes alegando desacuerdo con ello y con el reparto del botín (y probablemente por el calor del duro verano castellano) decidieron volver a sus tierras de origen. En consecuencia, el ejército cristiano que dos semanas más tarde contactó con los almohades en Las Navas (a 78 km al norte de Jaén, en la frontera de Andalucía con Castilla-La Mancha) debía contar con alrededor de 12.000 efectivos entre caballeros y peones, mientras que los musulmanes contaban con unos 20.000 soldados, que además estaban ventajosamente ubicados en las laderas de Sierra Morena (al respecto, la historiografía árabe conoce esta enfrentamiento como la batalla de al-Uqab, la cuesta). La batalla comenzó de forma tradicional con una carga liderada por Diego Lopez de Haro que, al contrario que en Alarcos y a pesar de atacar cuesta arriba, sí tuvo éxito e hizo huir a la vanguardia de voluntarios musulmanes. Ante ello, los almohades también reaccionaron con su táctica tradicional de simular una retirada para luego envolver al ejército cristiano. Este fue, como en Alarcos, el momento crítico de la batalla. Pero a diferencia de entonces, los flancos dirigidos por Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra resistieron casi milagrosamente todos los envites de la caballería almohade: aquí estuvo la clave de la victoria. Estabilizada la formación cristiana, Alfonso VIII ordenó el ataque de las fuerzas de reserva, compuestas por la caballería pesada y las órdenes militares. Su intervención resultó un éxito, pues se abrió pasó entre los musulmanes y consiguió llegar hasta el real del califa al-Nasir, su puesto de mando, quien apenas consiguió huir para refugiarse en Jaén. Tras el abandono de su líder, el ejército almohade se desmoronó y fue perseguido y destruido por la caballería cristiana. Finalizaba así una de las batallas más importantes, si no la que más, de la historia de lo que ya por entonces se conoce con el nombre de Espana, la versión romance de la antigua Hispania romana. La victoria sobre los musulmanes tuvo un gran eco en toda la cristiandad, la cual llevaba veinte años (desde la toma de Acre en la Tercera Cruzada y tras la vergüenza de la Cuarta) huérfana de buenas noticias en su lucha contra los enemigos de Cristo. Hasta tal punto fue así, que leyendas más tardías la citan como origen de determinados hechos que, en realidad, no tuvieron que ver con ella, como que Alfonso VIII capturó el pendón del califa (que se exhibe en el monasterio de Santa María de las Huelgas, pero que en realidad fue conseguido por Fernando III décadas más tarde) o la incorporación de las cadenas al escudo de Navarra en conmemoración de que fue Sancho VII el primero en llegar al real del califa y derrotar a la Guardia Negra, que luchaba atada con cadenas para no poder huir (cuando en realidad ese tipo de orla ya se daba en los escudos de finales del siglo XII). Se abren ahora grandes perspectivas para los cristianos, especialmente para la gran triunfadora Castilla, que tiene ante sí todo Al-Ándalus sin fuerza militar significativa que la defienda. Lo cual, por otra parte, no significa que vaya a ser fácil, pues en esta época los instrumentos militares defensivos superan con creces a los ofensivos (y seguirá siendo así hasta la llegada de la pólvora), donde una ciudad bien amurallada y pertrechada resulta casi imposible de conquistar. Además, las oportunidades para la explotación de la victoria se verán retrasadas por un acto infame: Alfonso IX de León, acérrimo enemigo de Castilla, ha aprovechado la cruzada para atacar la desguarnecida retaguardia castellana y ha tomado la reivindicada Tierra de Campos. Hasta en un momento tan significativo para la Historia quedará constancia de la eterna división entre los reinos hispánicos. Las Navas de Tolosa es hoy en día una pedanía (499 hab.) del municipio de La Carolina (15.800 hab), ubicado en la zona oriental de Sierra Morena, al norte del Jaén y un lugar estratégico de las comunicaciones entre la meseta y Andalucía a través del puerto de Despeñaperros. De hecho, se encuentra junto a la autovía de Andalucía, desde la cual se pueden observar las ruinas del castillo de Las Navas, que fue conquistado el mismo día de la batalla. En la localidad vecina de Santa Elena se encuentra el Museo de la Batalla de las Navas de Tolosa, el cual realiza una recreación de la batalla en sus mismas instalaciones. Por otro lado, en el monasterio de Santa María de las Huelgas de Burgos se celebra todos los años la fiesta cívica de El Curpillos o Corpus Chico, conmemorativa de la victoria. Tiene lugar el domingo siguiente al Corpus Christi y remonta sus orígenes al mismo momento de la victoria, aunque la primera noticia documentada de esta fiesta data de 1331. IMAGEN SUPERIOR: BATALLA DE LAS NAVAS DE TOLOSA, OLEO DE VAN HALEN, EXPUESTO EN EL PALACIO DEL SENADO DE MADRID CABALLEROS DE LAS ORDENES MILITARES DURANTE EL TE DEUM CELEBRADO TRAS LA VICTORIA Relacionados ---------------- Las almohades destrozan al ejército castellano en Alarcos Cabreros, ¿la paz definitiva entre Castilla y León? Recreación en el Museo de la Batalla de las Navas de Tolosa Noticias de CASTILLA Noticias de AL-ÁNDALUS Noticias de ARAGÓN Noticias de NAVARRA Noticias de HISPANIA Noticias de ITALIA Noticias de EUROPA ¿Qué pasó después en Italia? ¿Qué pasó después en Aragón? ¿Qué pasó después en Portugal? ¿Qué pasó después en Hispania? ¿Qué pasó después en Al-Andalus?
- Francisco de Asís; se aprueba la regla de los franciscanos, pero solo verbalmente
ROMA, otoño 1211. Después de muchas resistencias, y tras meses de presión sobre el obispo Guido de Asís y el cardenal Juan de San Pablo, Francisco de Asís (31) ha conseguido audiencia del papa Inocencio III para explicarle la regla de la orden que quiere fundar y que está basada en la más estricta pobreza y dedicación al estudio y la predicación. Tras conocer a Francisco, el papa ha aceptado aprobar su regla, pero lo ha hecho solo verbalmente, sin emitir ninguna bula que le conceda aspecto jurídico alguno. Ha nacido la Primera Orden de los Hermanos Menores, cuyos integrantes serán conocidos como franciscanos. Francisco de Asís es hijo de un próspero comerciante de telas de Asís, ubicada en la región de Umbria (centro de Italia). En su ciudad, que se encontraban en lucha para deshacerse del dominio del Sacro Imperio, vivió despreocupadamente sus años jóvenes mientras recibía una buena educación. Posteriormente se enroló en el ejército papal para luchar contra el emperador y otras ciudades rivales (Peruggia), participando en varias acciones de guerra en las que llegó a caer prisionero. Cuentan que fue durante la campaña en La Apulia, en 1205, cuando una noche oyó una voz que le ordenaba dejar de pelear y regresar a casa. Así lo hizo, y fue de vuelta en Asís cuando cuentan le apareció Dios mientras oraba ante el cristo de San Damián, una iglesia ruinosa de la cercana localidad de Porciúncula. Dice la leyenda que el Cristo le pidió ayuda para restaurar su iglesia, que se encontraba en ruinas. Entonces Francisco se puso a restaurar el templo, hasta que un día se percató de que el mensaje no se refería al edificio, sino a toda la Iglesia Católica. Fue en ese momento cuando decidió dedicar su vida a la predicación de los Evangelios, en la más absoluta de las pobreza y con el estudio como principal vía de actividad. El carácter jovial e incansable de Francisco lo hizo muy popular en su ciudad y atrajo rápidamente a muchos seguidores. Tras el verano de 1211, Francisco decidió viajar a Roma para conseguir del papa la aprobación de su regla. Pero eran malos tiempos para la creación de nuevas órdenes; la extensión de corrientes religiosas poco aceptadas por Roma, como los valdenses, y la sangrienta guerra que se libra contra los cátaros en el sur de Francia, aconsejaban a Inocencio III ser muy cauto en la concesión de nuevas reglas, especialmente una que rechazaba la propiedad de cualquier bien y, por consiguiente, no tenia absolutamente nada que perder. Por ello, solo tras meses de insistencia aceptó aprobar la regla de Francisco, y solo verbalmente. No fue hasta el 29 de noviembre de 1223 cuando Honorio III emitió la bula que aprobaba definitivamente la Orden franciscana. La Orden Franciscana (Hermanos Menores) es la tercera orden mendicante aprobada por Roma, tras la Orden Trinitaria (1199) y la Dominica (Hermanos Predicadores, del burgalés Domingo de Guzmán en 1206). Las tres son órdenes activas (no contemplativas) que dedican su tiempo al estudio y a la predicación. Por ello, acabarán teniendo un importante papel en las nuevas instituciones que se crearán por entonces y que requerirán de clérigos muy bien formados en la doctrina de la iglesia, como las nuevas universidades y la Inquisición Pontificia. En sus primero años, Francisco de Asís no atrajo solo a hombres de su ciudad. También se unió a la orden la joven noble Clara de Asís (27), igualmente perteneciente a la alta aristocracia de la ciudad. Con la ayuda de Francisco, Clara fundó la regla de la Segunda Orden de las Hermanas Menores en 1215, destinada a religiosas que quisieran vivir en la misma filosofía que los franciscanos y que son conocidas como Clarisas. Clara de Asís es la primera y única mujer de la iglesia que creó una regla monástica. Francisco de Asís murió el 3 de octubre de 1226. Fue canonizado el 16 de julio de 1228 como San Francisco de Asís. Su cuerpo está enterrado en la basílica de San Francisco de Asís en la ciudad de su nombre. La basílica empezó a construirse poco después de su muerte. Fue declarada por la Unesco patrimonio de la humanidad en el año 2000. Su onomástica se celebra el 4 de octubre. Por su parte, Clara de Asís falleció el 11 de agosto de 1253, y tan grande fue su fama como religiosa que, como Francisco, fue canonizada a penas dos años después de su muerte como Santa Clara, el 26 de septiembre de 1255, y sus restos reposan en la basílica de Santa Clara, también en Asís. El gran paralelismo entre la vida de ambos santos a llevado a la realización de numerosas películas, como la italiana Francisco y Clara (2007), del director Fabrizio Costa. IMAGEN SUPERIOR: DETALLE DEL FRESCO DE LA CONFIRMACIÓN DE LA REGLA. EN LA BASÍLICA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS, POR GIORGIO DI BONDONE (1294) BASÍLICA DE SAN FRANCISCO DE ASÍS Relacionados -------------------- Domingo de Guzmán, nacen los dominicos, los canes del señor Asesinan al legado papal; comienza la Guerra Santa contra los cátaros Sección GENTE El Filferro MAGAZINE ¿Qué pasó después?
- Los mongoles arrasan Zhongdu y la refundan como Pekín
PEKÍN, 1 junio 1215. Dos años después de que desistiera de su conquista y levantara el cerco tras acordar el sometimiento de sus habitantes, Gengis Khan ha vuelto a Zhongdu, la capital de la China Jin, tras saber que el emperador había abandonado la ciudad y se había instalado en Kaifeng, situada más al sur, sobre el río Amarillo. En esta ocasión, la gran ciudad china, de entre 300.000 y un millón de habitantes, fue asaltada, arrasada y saqueada. Decenas de miles de sus habitantes han sido masacrados, y Gengis Kahn ha renombrado la ciudad como Yaijing, que derivará en el nombre actual de Beijing. Poco después de que en 1213 Genig Khan abandonase el primer cerco de Zhongdu con un inmenso botín de oro y esclavos (y la princes Qi, hija del emperador, como concubina) el nuevo emperador chino abandonó la ciudad y se instaló en Kaifeng. Gengis Khan interpretó este traslado como un intento de reanudar la resistencia contra los mongoles, que ya habían sometido toda la China Jin del norte, con lo que volvió sobre Zhongdu. El khan puso sitito a la ciudad, la cual sufrió meses de hambre extrema que provocaron episodios de canibalismo (se dice que se sacrificaba a uno de cada diez habitantes para alimentar al resto), una situación tan extrema que acabó por dividir a sus dirigentes. Finalmente, Gengis Khan logro entrar en la ciudad, la cual fue sistemáticamente arrasada y gran parte de sus más de 100.000 defensores 200.000 habitantes masacrados. Gengis Khan ordenó que se cambiara el nombre de la ciudad de por Yaijing, que se convertiría en Beijing. Con la caída de Zhongdu, los mongoles han demostrado algo muy preocupante para sus vecinos, y es que, a diferencia de hace unos años, ya son capaces de preparar maquinaria de asedio y planificar exitosos asaltos contra grandes ciudades. Con esta conquista, Gengis se ha asegurado el congrol del norte de China, y ahora se prevé que dirija sus huestes a conquistar el resto de la China Jin, una rica región que ya por entonces contaba con más de 50 millones de habitantes. En Kaifeng han tomado nota de lo ocurrido con Zhongdu y se preparan para resistir. IMAGEN SUPERIOR: ILUSTRACIÓN SOBRE LA TOMA DE ZHONGDU, DE LAS CRÓNICAS DE RASHID-AL-DIN HAMADANI, ESCRITAS EN PERSIA A PRINCIPIOS DEL SIGLO XIV. OBTENIDA DE WIKIPEDIA Relacionados ---------------- Los mongoles derrotan al ejército Jin y someten la capital Zhongdu ¿Qué pasó después en ASIA? ¿Qué pasó después con los MONGOLES?
- Alerta roja en Portugal: la muerte de Sancho I pone el reino a merced de León
COIMBRA, primavera 1212. El más que generoso testamento del segundo rey de Portugal, que donó extensos dominios a sus hijas Sancha, Teresa y Mafalda, ahonda en el debilitamiento de la monarquía lusa ante una nobleza fortalecida desde que, a cambio de que el papa Alejandro III reconociese a su padre Alfonso I como rey de Portugal, en 1179, obtuviera grandes concesiones de la monarquía. El heredero de Sancho, Alfonso II, no ha aceptado las polémicas donaciones, lo que ha provocado el rechazo de sus hermanas, quienes han pedido ayuda a la nobleza... y al ex de Teresa y primo de todas ellas; Alfonso IX de León. El detonante se produjo poco después de la muerte del rey Sancho (26 de marzo de 1211), cuando Alfonso II convocó una curia en Coimbra para declarar que consideraba nulas las cesiones de su padre en favor de sus hermanas. La crisis que estalló a continuación obligó al rey a rectificar su propuesta; aunque retiró la jurisdicción a sus hermana, les mantuvo sus derechos económicos sobre las rentas señoriales. Pero la decisión siguió sin gustar a las infantas, quienes recabaron e apoyo de la alta nobleza ante lo que ésta calificaba como una vulneración de los deseos del rey, pero que en realidad estaba preocupada por el fortalecimiento de la corona. La crisis dividió a la nobleza en dos, con los poderosos arzobispos de Braga y Lisboa posicionándose en contra del rey. Y es entonces cuando se pone de manifiesto la utilidad (y peligro) de los enlaces matrimoniales, porque además de que Teresa estuvo casada con Alfonso IX, resulta que Urraca de Portugal, hermana del fallecido rey Sancho (y por tanto hija del primer rey Alfonso I) también estuvo casada con Fernando II de León de 1165 a 1175, matrimonio del cual nació el actual rey leonés, Alfonso IX. El matrimonio fue anulado por excesiva proximidad, pero la Santa Sede sí legalizó al heredero, con lo que el rey leonés puede exhibir ciertos derechos sobre el reino de Portugal. En esta línea, Alfonso IX ha dado refugio en León a las infantas y a los nobles que las apoyan, lo que ha provocado que Alfonso II de Portugal busque apoyo en el enemigo natural de aquél, Alfonso VIII de Castilla. En estas circunstancias, el rey leonés ha invadido la región del Miño y ha derrotado a las tropas realistas en Valdevez, cerca de Guimaraes. Pero la guerra no ha pasado a mayores por la enérgica intervención del papa Inocencio III, quien inmerso en los preparativos de la cruzada contra los almohades, no va a permitir que las sempiternas luchas entre los reinos hispánicos pongan en peligro el éxito de la empresa. Unas guerras entre hermanos que, precisamente, han estado siempre en la base de la desconfianza con que el papado ha contemplado la organización de una cruzada en Hispania. Y razón no le falta a Roma; como consecuencia de esta crisis, ni Portugal ni León acudirán a la cruzada contra los almohades. El conflicto se resolverá meses después, cuando los reyes de Portugal, León y Castilla acuerden en Coimbra una tregua (Paz de Coimbra, 11 noviembre 1212) por la que los tres Alfonsos detendrán las hostilidades hasta mayo del año siguiente. Alfonso II de Portugal tiene unos meses de respiro. Relacionados ----------------- Alfonso I Henríquez, primer rey de Portugal ¿Qué pasó después?
- Inocencio III concede la cruzada a Castilla. Tregua contra los cátaros
ROMA, 4 febrero 1212. El papa Inocencio III ha emitido hoy la bula por la cual concede a la guerra contra los almohades los privilegios de cruzada. Con esta decisión, Inociencio III iguala la importancia de la guerra en Hispania con la de Tierra Santa, considerándo a ambas distintos escenarios de una misma lucha con igual importancia. Terminan así las negociaciones que, en diversas fases, han tenido lugar entre la iglesia hispánica y Roma, y que han estado presididas por los intereses contrapuestos entre el deseo del sumo pontífice de controlar los designios de la cruzada hispánica y las aspiraciones castellanas de mantener la guerra dentro de su proyecto nacional de expansión de Castilla. En las negociaciones ha sido muy importante la participación del arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Prada quien, para evitar otra derrota como la de Alarcos, ha procurado el máximo apoyo para su señor Alfonso VIII en la guerra contra los almohades. Ya en 1210, el obispo de Palencia Téllez de Meneses estuvo en Roma con la misma petición y solicitando de Roma el envío de un legado papal. En aquella ocasión, Téllez de Meneses solo pudo obtener la amenaza de excomunión para cualquier rey que atacase a otro mientras éste se encontrase en guerra con los almohades, una bula emitida pensando en Alfonso IX de León, profundamente enemistado con Castilla. Posteriormente viajó a Roma el arzobispo de Toledo. Aunque en esta ocasión el tema principal era la obtención de la primacía de la diócesis de Toledo sobre las demás sedes metropolitanas de Hispania, algo discutido por Braga, Santiago de Compostela y especialmente Tarragona, y que el papa concedió a principios de 1211, también se trató el tema de la cruzada, que seguía estancado dada la preocupación de Inocencio III a la desunión de los reinos cristianos. Finalmente, ha sido tras el desembarco del ejército almohade en Al-Ándalus cuando los acontecimientos se han acelerado; tras la muerte del infante Fernando en octubre, Jimenez de Rada partió hacia Roma y esta vez sí obtuvo la declaración de cruzada. Durante los próximos meses, el arzobispo de Toledo estará predicando la cruzada por Europa, al mismo tiempo que Alfonso VIII enviaba mensajeros a las principales cortes informando de la cruzada y solicitando la participación de los príncipes cristianos. Sin embargo, dada la conflictiva situación de la política europea, con Federio II de Sicilia en guerra con Otón IV y con toda la Cristiandad tomando bando por uno u otro candidato, la llamado solo ha obtenido eco entre los señores del sur de Francia, ya inmersos en la cruzada albigense contra los cátaros desde que en 1208 la proclamara el mismo Inocencio III. Ello ha supuesto que la guerra contra los cátaros entrará en una especie de tregua, ya que los principales señores cruzados que participan en ella han decidido acudir a Hispania. El principal de ellos es el arzobispo de Narbona, pero también vendrán a Castilla los máximos dirigentes de la cruzada, como Simón de Monfort y Arnaldo Amalrico, los principales responsables de la brutal represión que sufren los cátaros cada vez que sus ciudades son conquistadas. El lugar de la concentración de tropas será Toledo, y el día el domingo de Pentecostés, 20 de mayo. IMAGEN SUPERIOR: ESTANDARTES DEL EJÉRCITO ALMOHADE, DEL CÓMIC LAS NAVAS DE TOLOSA, DE JESÚS CANO DE LA IGLESIA Relacionados -------------------- El ejército almohade cruza el Estrecho y conquista Salvatierra Inocencio III y Jiménez de Rada; los duros flecos de la cruzada hispánica Noticias de Roma Noticias de CASTILLA Noticias de ARAGÓN Noticias de HISPANIA Noticias de EUROPA Noticia de ITALIA ¿Qué pasó después en HISPANIA? ¿Qué pasó después en ITALIA? Qué pasó después den AL-ANDALUS?
- Salvatierra, de Miguel Martínez
La novela de Miguel Martínez se desarrolla durante la defensa del castillo de Salvatierra, la fortaleza que los caballeros de la Orden de Calatrava consiguieron arrebatar a los almohades y que durante 13 años se convirtió en el único enclave cristiano en un mar musulmán en cien kilómetros a la redonda, convirtiéndose en una humillación para los africanos que les recordaba que Castilla ni mucho menos se había rendido tras la derrota de Alarcos. De la sinopsis: "Año 1.211 Han pasado dieciséis años desde el desastre de la batalla de Alarcos y trece desde que los freires de la Orden de Calatrava, en una arriesgada expedición, conquistaran el castillo de Salvatierra, enclavado en pleno territorio almohade. El califa Al-Nasir convoca a su ejército y cruza el Estrecho para llevar a cabo una campaña de castigo contra tierras castellanas. La Orden inicia los preparativos para la defensa de la fortaleza, aunque surgen las tensiones con el rey Alfonso VIII, que no quiere arriesgar a su ejército en una empresa de dudoso éxito. Elvira, joven viuda de un caballero asesinado años atrás en un oscuro episodio, vive en la frontera en una pequeña heredad. La vida allí es dura y arriesgada, por lo que decide enviar a su hijo Nuño a Toledo a casa de Guzmán, un mercader amigo de la familia. Días después, el freire Félix González se dirige a Salvatierra para participar en la defensa de la fortaleza, pero antes se desvía de su ruta para visitar a Elvira, a la que todos estos años ha estado ayudando, ya que se siente responsable de la muerte de su marido. Pero cuando llega, la casa está destruida y Elvira ha desaparecido... A partir de ahí, las vidas de los protagonistas Elvira, Nuño, Guzmán y Félix se entrelazan con las de los habitantes de la frontera en un escenario en el que la tensión y el peligro van creciendo a medida que avanza el ejército almohade y los freires se preparan para una defensa heroica." Relacionados ---------------- El ejército almohade cruza el estrecho y toma Salvatierra Los almohades destrozan al ejército castellano en Alarcos Sección NOVELAS El Filferro MAGAZINE
- Los cruzados queman otros 400 cátaros, pero son detenidos en Castelnaudary
CASTELNAUDARY, septiembre 1211. El humillante acuerdo de matrimonio alcanzado entre Pedro II de Aragón y Simón de Monfort, que comprometía a los niños Jaime (3) y Amicia (?), no ha servido para detener la cruzada albigense. El avance de los cruzados católicos y la represión sobre los cátaros ha continuado hacia el oeste, amenazando Tolouse y Foix, hasta que, tras varias maniobras, se ha producido el primer choque importante entre los cruzados de Simón de Montfort y una alianza de los condes Raimundo VI de Tolosa y Raimundo Roger de Foix. El encuentra ha tenido lugar alrededor de la ciudad de Castelnaudary, y aunque su resultado ha sido incierto, todos destacan que es la primera vez que una fuerza occitana se enfrenta a los cruzados católicos. Los avances cruzados se habían reanudado esta primavera. Ya en mayo tomaron la ciudad de Lavaur, camino de Tolouse, donde volvieron a reproducirse las sanguinarias escenas de represión y castigo que son marca del ejército de Monfort; el señor del lugar, Aymeri de Montreal, fue ahorcado junto con ochenta caballeros, y su hermana Giraude, que se encontraba embarazada, fue lapidad en el fondo de un pozo. A continuación, los inquisidores pusieron en marcha sus sumarísimos procesos de represión y acabaron condenando a morir en la hoguera a más de cuatrocientos cátaros. Pero esta estrategia de propagar el horror para apaciguar las ganas de resistencia, que tan bien funcionó en Carcasona en 1209, no ha sido efectiva contra Tolouse, cuyos habitantes se han negado a entregar la ciudad (junio 1211) y han plantado cara al ejército cruzado. Esto ha supuesto un importante contratiempo, pues varios señores del ejército hicieron saber a Simón de Monfort que no estaban dispuestos a ir reconquistando todo el Languedoc ciudad a ciudad. La estrategia finalmente consensuada ha sido replegarse a un lugar menor y esperar al enemigo: en agosto los cruzados habían entrado en la ciudad Castelnaudary, a medio camino entre Foix y Caracasona. Allí acudieron, efectivamente, Raimundo de Tolosa y Raimundo Roger de Foix, quienes pusieron sitio a la ciudad en septiembre. Los acontecimiento que posteriormente tuvieron lugar son confusos: al parecer, Simón de Monfort pidió ayuda a los señores de Carcasona y Brèziers, las ciudades tomadas en 1209, pero éstos se negaron a actuar ante la incertidumbre del resultado. Sin embargo, si que enviaron un convoy de víveres y una fuerza de 300 caballeros. Ante la noticia de la llegada del convoy, Raimundo y Raimundo Roger no llegaron a un acuerdo sobre cómo actuar; Raimundo Roger de Foix dejó el cerco y atacó al convoy en Saint Martin Lalande, al que después se unió el conde de Tolosa. Y también Simón de Monfort, quien tras pensarlo mucho, hizo una salida para recuperar las máximas vituallas del convoy. El choque entre los tres tuvo lugar cerca de Caltelnaudary, y el resultado ha sido confuso: por su parte, Simón de Monfort ha mantenido Castelnaudary en su poder, pero parece ser que los señores de Tolosa y Foix aprovecharon la inmovilidad del cruzado y se dedicaron a conquistar otras fortalezas, consiguiendo recuperar unas cincuenta de ellas para las fuerzas occitanas. Por ello, la batalla está siendo narrada como el lugar donde los occitanos han reaccionado ante los católicos, algo que no había aparecido desde que empezó la cruzada hace dos años. Apoyándose en esta acción, los señores occitanos han redoblado su petición de ayuda a Pedro II de Aragón, quien por su parte también ha visto que el humillante acuerdo con Simón de AragónMonfort no ha servido para nada. O si lo ha hecho ha sido para complicar más la situación, pues no solo el ejército cruzado sigue atacando a sus vasallos, sino que el heredero de Aragón se encuentra en manos del jefe católico. La llamada a la cruzada contra los almohades que en enero de 1212 realizará el papa Inocencio III dará un respiro a la zona, pero solo aplazará los problemas hasta una nueva ocasión. Relacionados -------------------- Masacre en Béziers: "¡Matadlos a todos, Dios sabrá distinguir a los suyos!" Noticias de ARAGÓN Noticias de FRANCIA Noticias de HISPANIA Noticias de EUROPA ¿Qué pasó después en Aragón? ¿Que pasó después en Francia?