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Bouvines: milagrosa victoria de Francia contra la coalición anglo-imperial



 

BOUVINES, 27 julio 1214. Al final de la tarde, con ambos ejércitos agotados y con la línea central francesa a punto de desmoronarse, Guillaume des Barres reunió a sus caballeros y consiguió romper el centro aleman, lanzándose en persecución del emperador. Otón IV huyó y evitó la captura, pero su huida del campo de batalla desmoronó a las fuerzas imperiales: revigorizados, los franceses derrotaban al imperio en una de las batallas más importantes de la historia, y ello pocos días después de haber vencido a los ingleses en Roche-aux-Moines (2 de julio). Contra todo pronóstico, Francia ha superado el doble ataque y se convierte en la potencia dominante de la Cristiandad.


Cuando cinco meses antes las tropas de Juan I de Inglaterra desembarcaban en La Rochelle, tras haber destruido a la flota francesa, nadie hubiera apostado un sueldo por la suerte de Felipe II Augusto, quien veía que, a la guerra que desde 1202 libraba contra los ingleses, se le unían las tropas imperiales de Otón IV con un claro objetivo: derrotar al único reino que defendía al papado y a Federico II Staufen en sus aspiraciones al trono imperial. Ante esta situación, Felipe Augusto actuó rápido para evitar que los ejércitos conectaran y formasen una fuerza muy superior a la francesa. Para ello, lanzó su ejército contra Juan I, pero éste, en lugar de atacar se retiró con el objetivo de alejar al ejército francés lo más posible de París. Felipe Augusto no cayó en la trampa; detuvo su persecución en Chinón y dividió su ejército en dos, algo poco aconsejable pero obligado por las circunstancias: su hijo Luis vigiliaría a Juan I de Inglaterra en el sureste y él se dirigiría al norte en busca del emperador y sus aliados de Flandes y Boulogne. La primera parte resultó correctamente, con el príncipe Luis derrotando a Juan Sin Tierra, peor militar que su hermano Ricardo Corazón de León, fallecido en 1199. Había conseguido frenar a la fuerza inglesa, pero ahora quedaba enfrentarse a la alemana.


Al norte de París, Felipe Augusto eligió la llanura de Bouvines, cuyo puente cruza el río Marque. Allí esperó la llegada del ejército imperial, el cual fue apareciendo por partes, lo que permitió al rey de Francia atacar a cada una de ellas conforme llegaran. Pero a pesar de la desorganización inicial, las alas imperiales aguantaron, y Otón IV mandó a su división central avanzar contra el rey francés. Superiores, en número, los alemanes hicieron retroceder a los franceses hasta que tuvo lugar la acción heroica de Guillaume des Barres. Más de 9.000 soldados de Otón han sido hecho prisioneros, así como los condes de Flandes, Holanda y Salisbury. Fue una victoria total contra un enemigo superior. La batalla de Bouvines se considera la victoria fundacional del reino de Francia, quien ha conseguido superar a sus dos enemigos más fuertes, y cuyo éxito se une al obtenido por el vasallo Simón de Monfort en Muret, el año pasado. Si los franceses hubieran sido derrotados, el oeste de Francia hubiera sido inglés, el norte sería controlado por los flamencos y el este por los alemanes.


Cada mes de junio tiene lugar en Bouvines la recreación de una de las batallas más importantes de la historia de Europa.

IMAGEN SUPERIOR LA CAÍDA DEL EMPERADOR OTÓN IV EN BOUVINES, DE LA WEB ARRECABALLO.ES

DOMINIOS DE LA CORONA FRANCESA.

ANTES DE LA GUERRA CONTRA INGLATERRA (IZQUIERDA) Y TRAS MURET Y BOUVINES (DERECHA)

LLEGADA EL EJÉRCITO IMPERIAL EN LA RECREACIÓN DE LA BATALLA DE BOUVINES.

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