Juan I de Inglaterra contraataca: destruye la flota francesa y obtiene apoyo de Flandes
FLANDES, otoño 1213. Diez años después de que Felipe II de Francia expulsara al rey inglés de la mayoría de sus dominios en el continente, donde solo consiguió retener Aquitania, Gascuña y el Poitou, el rey Juan I de Inglaterra parece haberse repuesto y ha iniciado una potente contraofensiva. El ataque llega en el peor momento para Francia, que ve como su directo y declarado rival Otón IV se ha aliado con el rey inglés en su contra.
La primera acción ha sido anular a la flota francesa en el puerto de La Rochelle, requisito indispensable para cruzar el canal y desembarcar en Francia. Juan I había aumentado significativamente la flota inglesa, que por estas fechas ya superaba las cincuenta galeras, y ha hundido a la mayoría de los barcos franceses, mucho menores en número y calidad. El rey inglés también ha tenido que solucionar diversos asuntos internos y externos que le consumían recursos que ahora reclama la empresa contra Francia. El primero ha sido conseguir la paz con el papado, quien había excomulgado al rey inglés por no aceptar el nombramiento de Stephen Langton como arzobispo de Canterbury, para lo cual Juan I se desplazó a la iglesia templaria de Dover, y allí, ante el legado papal, reconoció al nuevo arzobispo.
Durante su control de la iglesia, Juan I se había hecho con importantes sumas de dinero provenientes de diezmos y rentas. Con ese dinero, además de aumentar la flota, también compró lealtades de los barones, con los que mantenía cierto enfrentamiento por sus injerencias en las jurisdicciones de los magnates del reino y por haber acordado la paz con Gales contra el deseo de los nobles.
Finalmente, y no menos importante, Juan I ha conseguido el apoyo de los condes de Flandes y Boulogne, dos zonas que habían resultado muy afectadas tras le expulsión de los ingleses, sobre todo Flandes, cuyas boyantes ciudades, que componen el mayor centro textil de Europa, dependían totalmente de las importaciones de lana inglesa. La interrupción del suministro de la lana ha provocada un profunda crisis que ha afectado directamente a la aristocracia de las ciudades, las cuales se han alineado con el monarca inglés.
Así las cosas, cuando el ejército inglés desembarque en La Rochelle en febrero de 1214, Felipe II de Francia se verá amenazado por dos frentes, con los ingleses avanzando por el sur, y el emperador Otón IV y el conde Flandes avanzando por el norte. Será, de lejos, el momento de mayor gravedad del reino de Francia hasta la fecha.
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