Alfonso VIII de Castilla crea el morabetino, futuro maravedí
TOLEDO, 1173. El control total de Al-Ándalus por parte del imperio almohade ha supuesto, además de una formidable amenaza para los reinos cristianos, la interrupción de los dinares de oro que las conocidas como segundas taifas pagaban a los reyes cristianos en concepto de parias.
La irrupción de este flujo de oro no ha tardado en tener efectos negativos sobre las pujantes economías feudales de los reinos norteños. Para paliar este problema, Alfonso VIII de Castilla ha ordenado la acuñación de una moneda imitando al dinar almorávide, también conocido como almoravedino. La moneda castellana es una imitación del dinar en peso (3,8 gr.), tamaño e incluso inscripciones, pero se distingue de ésta por la llevar la inscripción ALF, de Alfonso. De hecho, la moneda también será llamada de forma parecido; el morabetino.
Aunque la moneda dejará de acuñarse en el futuro, seguirá utilizándose como unidad de cuenta hasta bien entrada la edad moderna, pero ya con su nuevo nombre: maravedí. Al final de la edad media, durante el reinado de los reyes católicos, también se creará el real de plata (de 3,81 gr), que acabó valorado en 34 maravedíes, y que será la base del sistema monetario español hasta bien entrado el siglo XIX, cuando se crea la peseta, a su vez valorada en cuatro reales de plata, y por tanto en 124 maravedís. Siguiendo con la proyección, el euro, cambiado por 166,386 pts, en su creación, valdría 22.128,5 maravedís.
MORABETINOS ACUÑADOS POR ALFONSO VIII
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