Preocupación en Roma; el papa envía a Hispania al legado pontificio
TORO, mayo 1172. El papa Alejandro III, que se encuentra refugiado en Alessandria (Milán) huyendo del emperador, está seriamente preocupado por los sucesos que están teniendo lugar en Hispania, especialmente por las luchas entre los reinos cristianos y por el peligroso avance del imperio almohade, que en marzo pasado conquistó Murcia y ya controla todo Al-Andalus. Por ello ha nombrado al cardenal Jacinto Orsini legado pontifico para los reinos de Hispania y lo ha enviado a entrevistarse con todas las partes interesadas. El cardenal ha llegado a Toro, donde se reunirá con Fernando II León.
El cardenal llega a Hispania con una agenda repleta de temas candentes, de entre los cuales destacan condenar la alianza de León con el imperio almohade, facilitar el entendimiento de los reinos cristianos para luchar contra los almohades y estudair la dispensa papel sobre matrimonio entre Fernando II de León con Urraca de Portugal, celebrado hace seis años y del que acaba de nacer el primogénito. A nadie escapa que extender el espíritu de cruzada y promover la lucha conjunta contra el infiel es el principal objetivo del papa Alejandro III.
Adicionalmente, tratará la creación de la diócesis de Ciudad Rodrigo, violentamente protestada por Salamanca, y sancionará las órdenes militares recientemente fundadas, a las que exige obediencia al papa antes que a los reyes cristianos. El cardenal Jacinto también tiene previsto reunirse con los soberanos de Castilla, Portugal y Aragón.
DETALLE DE UNA COMITIVA PONTIFICIA EN EL CARRO DE HENO, DE EL BOSCO
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