Ibn-Mardanish señor de Novelda
El emirato de Murcia fue uno de los territorios más poderosos que se levantaron tras el derrumbamiento del poder almorávide, hasta el punto de que la ciudad de Murcia era también la capital de lo que se denominó Al-Andalús Oriental (Xarq Al-Andalús), siendo Sevilla la capital de la zona occidental. A este emirato pertenecía el Castillo de la Mola y el poblado que junto a él se levantaba.
Este emirato estaba gobernado desde 1147 por Ibn-Mardanish, conocido como el Rey Lobo. Mardanish era un noble nacido en Peñíscola que llegó a ser emir de Valencia antes de pasar a emir de Murcia. Mardanish hizo frente a la invasión almohade, que proveniente del norte de África acusaba a los gobernantes de Al-Andalús de vivir incumpliendo la ley islámica, es decir, de demasiado disolutos.
Mardanish fue el principal poder que se encontraron los almohades en su conquista de Al-Andalús, llegando al punto de sufrir ataques murcianos que llegaron a sitiar Sevilla y tomar la misma Granada. Sin embargo, la potencia del imperio almohade acabó imponiéndose y Murcia fue tomada en 1172, momento en que falleció el Rey Lobo.
Podemos adoptar la fecha de 1171, cuando Elche se rindió a los almohades, como la fecha en que también lo hizo la fortificación de La Mola. A partir de entonces, fueron los almohades los que construyeron (o acabaron de construir, según versiones) el Castillo de La Mola tal y como hoy lo conocemos, con la excepción de la Torre Triangular que sería construida mucho después.
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