Iván Asén II, señor de los Balcanes; derrota y captura a Teodoro Commeno con toda su corte
Klokotnitsa, 9 marzo 1230. El zar búlgaro Iván Asén II (21) ha obtenido hoy un inmenso éxito al derrotar al ejército del déspota Teodoro Commeno Ducas (51), de El Epiro, en una batalla que ha tenido lugar en los alrededores de Klokotnitsa, 150 km al sur de Tarnovo, la capital del Imperio Búlgaro. Teodoro Commeno, confiado por su conquista del reino de Tesalónica, había invadido las tierras búlgaras sin previo aviso, rompiendo el tratado que mantenía con el zar búlgaro. Pero el ejército de Asén, inferior en efectivos, ha maniobrado con una velocidad extraordinaria y ha conseguido rodear y derrotar aplastantemente a los epirotas. Una muestra del tamaño de la derrota es que tanto Teodoro Commeno como toda su familia y su corte han sido capturados y llevados a Tarnovo. En el fondo de esta guerra se encuentra la cuestión de quién dominará los Balcanes y, en consecuencia, quién estará en mejores condiciones de convertirse en emperador romano de Constantinopla y arrebatársela al cada vez más débil Imperio Latino de Constantinopla (creado en 1204 tras el saqueo de los cruzados durante la Cuarta Cruzada).
Precisamente, fue el propio Teodoro Commeno quien arrebató el reino de Tesalónica, la segunda ciudad más importante, al imperio latino en 1224. Tras esa expansión, Teodoro Commeno firmó un tratado de paz con Iván Asen II, pero siete años después, con todos los recursos de las nuevas tierras a su disposición, el déspota se creyó en condiciones de derrotar fácilmente a los búlgaros y procedió a su invasión. Tan confiado estaba en el éxito de la campaña, que llevó consigo a su familia y a su corte.
Al principio, el gran ejército epirota avanzó sin oposición, pero cuando Iván Asén conoció la noticia fue capaz de movilizar y trasladar a su ejército tres veces más rápido que los epirota, de tal manera que se vieron rodeados en una emboscada en Klokotniska, a mitad camino entre Constantinopla y Tarnovo. El resultado, como hemos visto, fue la práctica destrucción del ejército de Teodro Commeno y su captura con familia y corte incluida.
A pesar de la traición, el zar Iván Asén II se mostró magnánimo; permitió el regreso de los vencidos a sus hogares, pero retuvo a los nobles en Tarnovo, perdonándoles la vida. Esto tuvo un efecto muy positivo, pues la fama del zar se expandió y pudo recuperar todas las tierras perdidas durante la invasión sin ninguna oposición. Finalmente, encontró un aliado en Manuel Commeno, hermano del capturado Teodor, quien aceptó gobernar El Epiro como vasallo del Imperio Búlgaro: Iván Asén II se convertía en el señor de los Balcanes, con el imperio búlgaro dando a tres mares.
Pero los problemas no habían terminado. A pesar de haberle perdonado la vida, o quizá por ello, Iván Asén II supo que Teodoro Commeno y su hijo Juan estaban planeando una conspiración en su contra, con lo que mandó cegarlo y encarcelarlo. Pero tampoco ordenó su muerte, con lo que el intrigante Teodoro, a pesar de ser cegado, continuará teniendo un importante papel en la política de los Balcanes.
Con el control de El Epiro, el imperio búlgaro pasa ahora a controlar la importante ciudad comercial de Ragussa, en el Adríatico, lo que le reportará grandes beneficios. El efecto del enriquecimiento de Iván Asén II es palpable en las construcciones que por entonces ordenó para embellecer Tarnovo, como la ampliación del palacio real o la construcción de la iglesia de Los 40 Mártires, construida precisamente para celebrar la victoria de Klokotnitsa.
IMAGEN SUPERIOR: EL ZAR IVÁN ASEN II EN LA BATALLA DE KLOKONITSA, DE VASIL GORANOV, OBTENIDA DE WIKIPEDIA
EL IMPERIO BÚLGARO BAJO ASEN II TRAS LA VICTORIA DE KLOKOTNITSA
IGLESIA DE LOS 40 MÁRTIRES (TARNOVO), CONSTRUIDA POR IVÁN ASÉN II PARA CONMEMORAR LA VICTORIA DE KLOKOTNITSA
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