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El Imperio Latino pierde Tesalónica a manos de Teodoro I del Epiro


 

TESALÓNICA, diciembre 1224. Ante la imposibilidad de recibir ayuda, Tesalónica, la segunda mayor ciudad del imperio bizantino, se ha entregado a Teodoro Commeno Ducas (44), déspota del Epiro. Con su conquista desaparece el efímero reino de Tesalónica, creado tras la conquista de Constantinopla por los cruzados, en 1204, pero que empezó a sufrir tensiones internas tras la muerte de su primer rey, Bonifacio de Monferrato (+1207), solo tres años después de su creación. Con su anexión, el despotado del Epiro domina ahora desde el Adriático al Egeo, convirtiéndose en la alternativa al imperio de Nicea en su lucha contra el Imperio Latino para recuperar Constantinopla.


Teodoro I del Epiro pertenecía a una familia noble cuando los cruzados conquistaron y saquearon Constantinopla, en 1204. Tras la conquista, se puso al servicio de Teodoro I Láscaris (+1222), emperador de Nicea, pero pronto lo abandonó y acudió en apoyo de su hermano Miguel I del Epiro (+1215), quien había creado un despotado en el Epiro. Desde su capital, Arta, Miguel I había resistido los ataques de los latinos gracias al terreno montañoso del oeste de los Balcanes. Teodoro I sucedió a Miguel I cuando éste último fue asesinado en 1215; desde entonces sus planes siempre han sido la expansión del despotado.


Mientras vivió el enérgico emperador Enrique I de Flandes (+1217), Demetrio de Monferrato (19), el hijo de Bonifacio, recibió puntual ayuda de Constantinopla, pero tras la muerte de Enrique, la debilidad del imperio latino se puso de manifiesto. Teodoro tomó buena nota de este debilitamiento y en 1222 atacaba Tesalia y tomaba Serres. Demetrio de Monferrato acudió a Italia en busca de ayuda militar. En respuesta , varias expediciones militares fueron enviadas por señores feudales ligados a la casa de Monferrato, pero la más importante de todas ellas no consiguió llegar a tiempo. Por su parte, el nuevo emperador latino, Roberto de Cournay (23), tampoco pudo enviar refuerzos porque había sido derrotado en la batalla de Penameno, en el mismo 1224, contra el impero Nicea en el flanco este. Ante la imposibilidad de recibir ayuda, la ciudad de Tesalónica se entregó sin apenas resistencia en diciembre de ese año.


Con la pérdida de Tesalónica y la derrota de Penameno, el Imperio Latino de Constantinopla ha quedado reducido a su mínima expresión desde que la ciudad fue saqueada y conquistada por los cruzados latinos, reduciendo sus posesiones a poco más que los alrededores de Constantinopla, con Nicomedia y Adrianópolis como ciudades fronterizas. Rodeado por los poderosos reinos enemigos de Nicea, Epiro y Bulgaria, el imperio latino ve su viabilidad seriamente amenazada, pues solo las formidables defensas de la ciudad impiden que caiga en manos de búlgaros o bizantinos. La pregunta, en estos momentos, es cuánto tiempo podrá resistir en estas condiciones.

IMAGEN SUPERIOR: IGLESIA DE SANTA SOFIA EN SALÓNICA

IMPERIO LATINO DE CONSTANTINOPLA ANTES DE LA PÉRDIDA DE TESALÓNICA

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