Alfonso IX de León crea los Estudios Generales de Salamanca
SALAMANCA, 1218. Ante las dificultades que están sufriendo los estudiantes leoneses para asistir a los Estudios Generales de Palencia, Alfonso IX de León ha decidido elevar los estudios de las escuelas de la catedral de Salamanca a la categoría de Studium Generale, lo que les permitirá recibir a estudiantes procedentes de cualquier lugar de la Cristiandad y organizar sus estudios en las mismas facultades que lo hacen París, Bolonia, Montpellier y Oxford, por citar los cuatro centros de enseñanza superior más importantes del momento. En cierta medida, por lo tanto, la fundación de los Estudios Generales de Salamanca son una consecuencia de la guerra civil castellana que estalló tras la muerte de Alfonso VIII y que ha dejado una pésimas relaciones entre Alfonso IX de León con su ex Berenguela de Castilla y su hijo Fernando III de Castilla.
Los estudios generales han sido otorgados a Salamanca porque las escuelas catedralicias de la ciudad , de las que se tiene constancia desde finales del siglo pasado, habían alcanzado un alto prestigio en la formación de estudiantes. En principio, los estudios de Salamanca se especializarán en la enseñanza del Derecho, igual que en Bolonia, aunque también se podrá estudiar Artes Liberales (el Trivium y el Quadrivium) y Teología, ésta última la más importante de todas las enseñanzas universitarias impartidas. Los estudios generales de Salamanca recibirán el título de Universidad más tarde, cuando Alfonso X les otorgue dicho título el 8 de mayo de 1254.
Salamanca ya era sede episcopal durante el reino visigodo, pues aparece como una de las ciudades que enviaban obispos a los concilios de Toledo en 589. Con la conquista musulmana, la ciudad quedó semiabandonada, igual que le ocurrió a toda la zona que quedó como frontera entre cristianos y Al-Ándalus. Después de la batalla de Simancas, cuando en agosto de 939 los ejércitos de Ramiro II de León derrotaron al califa Abderraman III, la zona ganó en seguridad, pero no fue hasta la definitiva conquista de Toledo por parte de Alfonso VI, 1086, que comenzó lo que propiamente podemos llamar su repoblación. Siguiendo órdenes del emperador, en 1102 su yerno Raimundo de Borgoña (casado con su hija Urraca de Castilla) se dirigió a la ciudad con un buen número de repobladores. quienes se unieron a los habitantes de los alrededores y se establecieron en el interior de lo que fue el recinto amurallado romano.
Con Raimundo de Borgoña vino el obispo Jerónimo de Perigord, que fue investido por el conde obispo de las recién restauradas sedes de Salamanca, Zamora y Ávila. Jerónimo de Perigord fue el que inició la construcción de una nueva catedral (la Catedral Vieja de Salamanca) durante el primer tercio del siglo XII, cuyas escuelas acaban de ser elevadas a la categoría de estudios generales. Se dice que fue el obispo Perigord quien trajo la imagen del Cristo de las Batallas, un talla que salvó cuando tuvo que abandonar Valencia ante la llegada de los almorávides, ciudad a la que llegó en 1094 de la mano de El Cid.
La catedral de Salamanca fue diseñada con planteamientos románicos (para soportar una bóveda de cañón), pero en estos momentos, 1218, todavía no está acabada, lo que ha permitido que, en sus remates finales, la catedral contenga estructuras y elementos del nuevo arte llegado de Francia, el gótico. La Catedral Vieja de Salamanca estuvo a punto de ser destruida cuando en 1520 se empezó la construcción de la nueva catedral, adyacente a aquella. Pero el largo período transcurrido hasta la finalización de esta última, ya en pleno siglo XVIII, y las mayores necesidades de espacios para el culto hizo que se abandonase la idea de su derribo.
IMAGEN SUPERIOR: UNIVERSIDAD DE SALAMANCA
CRISTO DE LAS BATALLAS, EN LA CATEDRAL NUEVA DE SALAMANCA
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