Escuelas episcopales; el pensamiento también se va a la ciudad
PARÍS, 1195. A lo largo de toda Europa, el poder de los núcleos urbanos no solo está atrayendo a todo tipo de profesionales, funcionarios y mercancías, sino que también extiende su efecto sobre el pensamiento, donde las escuelas episcopales están tomando el relevo a los monasterios en lo que a focos de saber e innovación se refiere. El auge de las escuelas de San Víctor (París) y Chartres, especializadas en teología, o las de Bolonia (derecho) y Montpellier (medicina) así lo demuestran.
El siglo que está terminando ha contemplado el declive de las instituciones monásticas como focos de pensamiento, un procesó que se aceleró tras la Reforma Gregoriana, cuando algunas de las nuevas órdenes, creadas bajo la regla del Císter, se alejaron del lujo y boato clunyacense y buscaron el más puro ascetismo, repartiendo el tiempo de sus frailes entre trabajo, rezo y reflexión. Para dedicarse a esta reflexión, los monasterios crearon importantes espacios dedicados, los scriptorium o escritorios; en ellos, unos pocos monjes recuperaban textos clásicos, apenas estudiados desde la caída del Imperio Romano, y procedían a su estudio y divulgación. Es a través de estos escritorios donde comenzó lo que algunos especialistas ya llaman el "Renacimiento del Siglo XII", situándolo como un nuevo proceso de acercamiento al pensamiento clásico que sigue la estela de los conocidos "Renacimiento Carolingio" y "Renacimiento Otoniano". Estas escuelas monásticas se encuentran por toda Europa, y entre las que más destacaron podemos citar las de Reichenau y San Gall (Suabia), Gandersheim (Sajonia), Montecasino (Italia), y Bec y Fleury (Francia). En Hispania destacaron los monasterios de Albelda, San Millán de la Cogolla, Silos y, especialmente, Ripoll, donde a finales del siglo X estudió el monje Gerberto, futuro papa Silvestre II.
La imparable consolidación de los núcleos urbanos ha acabado por atraer a la ciudad a los centros de pensamiento, lo que se comprueba con el auge de las escuelas de la catedral de Chartres y de la Abadía de San Víctor, a su vez una escisión de la escuela catedralicia de Notre Dame en París,. Fue fundada por el teólogo y profesor Guillermo de Champaux tras su polémica sobre los "universales" con el también teólogo Pedro Abelardo, una discusión que podríamos identificar como el primer intento de combinar la mística y el materialismo, la fe y la razón, Por su parte, la escuela de Bolonia, fundada hace cien años por el prestigioso jurista Imerio, tiene mucho prestigio en derecho y se está especializando en la formación de los hijos mercaderes del norte de Italia, mientras que la de Montpellier es un centro de innovación de primera línea en el campo de la medicina.
El proceso de acercamiento a los pensadores clásicos vive un buen momento gracias a la recuperación de sus textos a través de los pensadores musulmanes, cuyas obras de filosofía, ciencia o medicina son hoy por hoy las más punteras del mundo. En este sentido, han alcanzado especial relevancia los centros de traducción del árabe o griego al latín. Estos centros se sitúan en la periferia de la Cristiandad, en contacto con Bizancio o el Islam, siendo los más importantes los de Sicilia, Zaragoza y Toledo, donde ahora está trabajando el traductor y teólogo francés Domingo Gundisalvo.
En cuanto a los textos más demandados, los que se llevan la palma son las obras comentadas de Averroes, médico y filósofo cordobés que ha alcanzado un enorme prestigio en el mundo por su labor para combinar el raciocinio de la lógica de Aristóteles con la fe y la religión, el tema estrella de este momento.
En San Víctor se formaron personajes tan relevantes como Bernardo de Claraval y Thomas Becket (canciller de Enrique II asesinado en la catedral de Caterbury por orden del mismo rey). La abadía fue suprimida tras la Revolución Francesa, en 1790, y el edificio derribado en 1811 para ubicar allí la facultad de Ciencias y el mercado de vinos. Hoy día el lugar alberga el Instituto de Física del Globo y la universidad Jussieu.
IMAGEN SUPERIOR: SCRIPTORIUM DE UNA ESCUELA CATEDRALICIA
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