Al Mansur desembarca en Tarifa al mando de un ejército de 30.000 hombres
TARIFA, 1 de junio de 1195. La respuesta almohade a las constantes razzias castellanas se ha materializado este primero de junio con el desembarco de un gran ejército musulmán en Tarifa. El contingente, al mando del propio califa Al Mansur, se ha dirigido a Sevilla, donde se han añadido partidas de Al-Ándalus que han elevado sus efectivos hasta los 30.000 soldados. Al Mansur es el cuarto califa almohade e hijo de Yaqub Yusuf, el califa que murió en el ataque a Santarem de 1184.
La noticia del desembarco ha corrido como la pólvora y ha sembrado la alarma al otro lado de la frontera, donde Alfonso VIII ha ordena la urgente concentración de sus huestes en la ciudad de Toledo. Tan grande es la preocupación, que ni Alfonos VIII ha dudado en pedir ayuda a los monarcas cristianos rivales ni Alfonso IX de León ni Sancho VII de Navarra han duda en garantizar su ayuda.
El 4 de julio siguiente, Al Mansur dejaba atrás Córdoba y, al igual que hicieron en 1184, los almohades cruzaron Despeñaperros y se internaron en el Campo de Calatrava amenazando claramente Toledo. En un primer momento, los almohades se han encontrado con un destacamento de los caballeros de la orden de Caltrava, que habían salido a en búsqueda de los musulmanes, y que ha caído fulminado ante la magnitud de la fuerza almohade. Alfonso VIII había entregada grandes extensiones de tierra a los orden de Calatrava para que se dedicase a la defensa de la frontera.
Al cierre de esta edición, el ejército castellano ha dejado Toledo y se dirige al sur, muy probablemente con la intención de presentar batalla a los almohades con apoyo de la fortificaciones de la frontera, como Calatrava La Vieja o Alarcos, está última todavía con las defensas sin terminar. A algunas jornadas de distancia, le siguen les fuerzas leonesas y navarras.
IMAGEN SUPEIOR: INIATURA DE EJÉRCITO ALMOHADE EN LAS CÁNTIGAS DE SANTA MARÍA
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