Sancho VI; el rey que salvó a Navarra de sus vecinos
PAMPLONA, 27 junio 1194. Sancho VI de Navarra ha fallecido hoy en Pamplona a la edad de 61 años. Heredará el trono su hijo Sancho VII. El monarca pamplonés pasará a la historia por dos hitos relevantes; primero, fue el monarca que cambió el nombre del reino, pasando de reino de Pamplona a reino de Navarra (1162), y segundo fue el rey que evitó la desmembración de Navarra a manos de Castilla y Aragón. Será recordado como Sancho VI El Sabio.
La segunda de estas tareas, la defensa de la integridad del reino, fue la que más tiempo le mantuvo ocupado, pues el reino se encontraba en entredicho desde la coronación de su padre García Ramírez en 1134, ya que Alfonso I El Batallador murió sin descendencia y legó todos sus reinos a Dios (sic) en las manos de las órdenes de militares del Temple, del Hospital y del Santo Sepulcro. Pero la nobleza navarra no aceptó el testamento y en 1134 una curia de magnates nombró a García Ramírez rey de Pamplona. Pero el papa no acepto su coronación, lo que supuso el agravamiento de los problemas; cualquier que atacase al reino contaría con el apoyo de Roma.
Esta situación seguía cuando Sancho VI ascendió al trono en 1150, tras la muerte de su padre. Heredó un reino débil acosado por el emperador Alfonso VII de León y el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona, pero su situación mejoró con la aparición de dos minorías de edad sucesivas en sus reinos enemigos; en 1158 moría inesperadamente Sancho III de Castilla (el primogénito de Alfonso VII que heredó Castilla minetras su hermano Fernando II, heredaba León), y subía al trono su hijo Alfonso VIII, de solo tres años. Esta minoría desestabilizó a Castilla y proporcionó un respiro a Navarra. Poco después, en 1162, fallecía el conde Ramón Berenguer IV y dejaba como heredero a Alfonso II de Aragón, pero con solo cinco años.
En ese momento, Sancho VI hizo bueno el dicho de que la mejor defensa es un buen ataque y se lanzó contra Castilla, que estaba inmersa en una guerra civil entre los Rodríguez de Castro y los Pérez de Lara por controlar al rey niño, consiguiendo algunas ganancias territoriales. Pero todo volvió a la normalidad en la década siguiente, cuando Alfonso VIII de Castilla comenzó su triunfal camino hacia la hegemonía peninsular: en 1170 se firmaba el Tratado de Sahagún con Léon, Castilla y Aragón, y entre 1173 y 1177 Alfonso VIII recuperaba La Rioja y atacaba Pamplona, y en 1180 se firmaba el Tratado de Cazola entre Castilla y Aragón, el cual contenía una cláusula secreta que establecía el reparto de Navarra entre sus dos vecinos. Esto ya fue demasiada presión y Sancho VI, quien acabó por aceptar el laudo de Enrique II de Inglaterra reconociendo el dominio de Alfonso VIII sobre La Rioja y parte de Vizcaya, zonas tradicionalmente navarras,. En el lado positivo, Sancho VI conseguía retener Álava, El Duranguesado y el importante puerto de San Sebastián.
La suerte, no obstante, empezó a cambiar a finales de la década de los 80 cuando, aprovechando las desavenencias entre Francia e Inglaterra, Sancho VI conseguía casar a su hija Berenguela con Ricardo Corazón de León, lo que convertía a Berenguela en reina de Inglaterra y a Navarra en feudo vasallo de Inglaterra, y en lo sucesivo protectora de la monarquía Navarra. De hecho, la muerte de Sancho VI ha sorprendido a su hijo Sancho luchando al lado de Ricardo Corazón de León en el suroeste de Francia, donde el rey inglés por recuperar las posesiones inglesas que su hermano Juan Sin Tierra había cedido a Felipe II de Francia mientras él estaba en la Tercera Cruzada.
Además de conseguir la estabilidad, Sancho VI también se dedicó a la vertebración política y urbana del reino con la creación de nuevas ciudades y mercados, como son los casos de Treviño, Laguardia, San Sebastián y Vitoria.
Sancho VI El Sabio está enterrado en la catedral de Pamplona.
IMAGEN SUPERIOR: DETALLE DE UN CUADRO DE SANCHO VI UBICADO EN LA DIPUTACIÓN FORAL DE PAMPLONA. FUENTE ENCICLOPEDIANAVARRA.COM
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